Una concesión a la decadencia en años de democracia.

miércoles, 29 de junio de 2011

Escuchaba una canción el otro día y llegaste...
llegaste sin el peso de los años que no te vieron crecer, perder, ganar y todas esas cosas que no pasan. llegaste con el vientecillo que nos acompañaba en cada una de nuestras caminatas. llegaste con tu ira y tus dolores de las historias que no caben en los dias soleados. llegaste con la mirada perdida de los dias de prozac. llegaste con tu cuaderno de poemas y ese libro que nunca escribimos. llegaste con un sabor ajeno y sombrío. llegaste con la sucias conversaciones de medianoche. llegaste sin pedir permiso y sin lamentar aquella despedida. llegaste sin la verguenza que te acobardaba cuando mi canto era más fuerte. llegaste con la alegria del primer beso y la indiferencia del ultimo polvo. llegaste con los libros que te llevaste y que en verdad no recuerdo. llegaste con tu silencio mortuorio y tu sonrisa burlesca, como la odiaba. llegaste con obras completas de melodramas callejeros. llegaste con redenciones de cada una de nuestras malditas discrepancias.
llegaste entonando la misma canción., la canción que nunca acaba... y porfavor, en el nombre de la gloria que me abraza y me corre mano, NO REGRESES. te lo suplico. porfavor...